sábado, 16 de mayo de 2009

La concepción educativa y curricular de las necesidades educativas especiales

De acuerdo a los planteamientos anteriormente presentados, el enfoque que caracteriza la educación especial en el marco de esta política es eminentemente educativo y curricular. Desde esta concepción, si bien las diferencias individuales influyen de manera importante en el aprendizaje y progreso de los alumnos, la respuesta educativa también es determinante. Por ello, ésta debe basarse fundamentalmente en personalizar la enseñanza para optimizar el proceso de desarrollo y aprendizaje de los alumnos y alumnas, entregando a cada uno lo que necesite para participar y progresar en el currículo común.
El propósito es que todos ellos participen al máximo del currículo común y de las actividades escolares, para lo cual se debe adoptar un enfoque de evaluación que tenga como finalidad identificar las necesidades de los alumnos en términos de los apoyos y ayudas que necesitan para progresar en el currículo. Esto no significa dejar de considerar en el proceso de evaluación la incidencia de determinados aspectos de base biológica y/o limitaciones del individuo en su desarrollo y en la capacidad para aprender y relacionarse con el entorno.
En definitiva, se trata de que el diagnóstico y la evaluación que se lleva cabo con estos alumnos efectivamente aporte información respecto a cómo hay que enseñarles y qué ayudas hay que proporcionarles para que se desarrollen, aprendan y progresen en el currículo. La evaluación también ha de determinar los cambios que hay que introducir en los procesos de enseñanza y aprendizaje, convirtiéndose así en un recurso para mejorar estos procesos.

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